Fotografiar a un recién nacido es una experiencia tierna y única que requiere cuidados especiales. Los primeros días de vida de un bebé están llenos de momentos emotivos e irrepetibles, por lo que una sesión de fotografía newborn debe planificarse con cariño, paciencia y sobre todo con máxima seguridad. A continuación, te presentamos una guía práctica paso a paso para llevar a cabo sesiones de fotos de recién nacidos de forma segura, cálida y emotiva, asegurando tanto el bienestar del bebé como unos recuerdos preciosos para la familia.

Paso 1: Preparativos previos a la sesión
La planificación empieza mucho antes de tomar la primera foto. Lo ideal es realizar la sesión de recién nacido durante los primeros 5-15 días de vida del bebé, cuando todavía duermen profundamente varias horas seguidas y es más fácil colocarlos en pose sin que se incomoden. Habla con los padres con antelación para programar la sesión dentro de esos primeros días. Por supuesto, la llegada de un bebé puede ser impredecible, así que mantén cierta flexibilidad en la agenda.
Es fundamental informar a la familia sobre cómo prepararse: recomendar que el bebé esté bien alimentado y limpio justo antes de comenzar ayudará a que esté más tranquilo. También sugiéreles que traigan todo lo necesario para su confort (pañales, toallitas, chupete si usa, algún peluche especial). Si la sesión será en estudio, asegúrate de contar con un espacio cómodo para que los padres puedan alimentar o arrullar al pequeño en cualquier momento. En nuestro estudio en Valencia, por ejemplo, disponemos de un área privada y climatizada para atender estas necesidades durante la sesión.

Equipo y atrezzo necesario
Antes del gran día, revisa tu equipo fotográfico y prepara los accesorios (atrezzo) que usarás. Para fotografía de recién nacidos suele emplearse una cámara con buen rendimiento en ISO alto (ya que a veces se dispara con luz suave) y lentes luminosas (un 50mm o 35mm de gran apertura, y quizá un macro para detalles). Ten a mano mantas suaves, fondos neutros, gorritos adorables, cestas o cojines especiales diseñados para newborn. Todo el atrezzo debe estar limpio y esterilizado, ya que la higiene es primordial con bebés tan pequeños.
Además, considera tener una fuente de calor adicional, como un calefactor suave o una manta térmica debajo de las mantas donde posarás al bebé, para mantenerlo confortable. Una habitación a unos 26-28°C suele ser adecuada para que el recién nacido esté a gusto (incluso en climas templados como Valencia, los bebés pueden sentir frío fácilmente). También puedes usar un ruido blanco de fondo o música suave, que imita el sonido del útero y ayuda a mantener al bebé relajado.

Paso 2: Creando un ambiente seguro y cálido
Con los preparativos listos, el siguiente paso es establecer el ambiente óptimo en el lugar de la sesión. La seguridad es lo primero: nunca dejes al bebé sin supervisión y asegúrate de que cualquier accesorio o soporte que uses sea estable. Si vas a colocar al pequeño en una cesta o superficie elevada, mantén siempre una mano cerca (o la de un asistente o papá/mamá fuera de plano) lista para sujetarlo en caso de cualquier movimiento inesperado. Muchos de los adorables “poses” de recién nacidos que vemos son composiciones logradas con edición y con ayuda fuera de cámara, priorizando la seguridad en todo momento.
Un ambiente cálido es igualmente importante. Antes de desnudar al bebé para las fotos, cerciórate de que la habitación esté bien climatizada. Como mencionamos, una temperatura agradable evita que el bebé pase frío y se despierte sobresaltado. Puedes envolverlo en mantitas entre toma y toma para que se sienta contenido y tranquilo, simulando la sensación acogedora que tenía en el vientre materno.
También es crucial trabajar con higiene y suavidad. Lava bien tus manos (calienta tus manos frotándolas antes de tocar al bebé, pues sus cuerpos perciben mucho la diferencia de temperatura). Retira joyas o relojes que puedan rasguñar. Habla en voz baja y haz movimientos pausados. Estos pequeños detalles ayudan a que el recién nacido no se sobresalte y permanezca sereno durante toda la sesión.

Poses seguras y cómodas
Al colocar al bebé en distintas poses, prioriza siempre su comodidad natural. Existen poses clásicas en fotografía newborn, como la pose “ranita” (bebé apoyando la cabeza en sus manitas) o acurrucado boca abajo con las piernitas recogidas. Si decides intentar estas poses, hazlo siempre con asistencia y solo si el bebé está profundamente dormido y relajado. No todos los bebés aceptan todas las poses; respeta sus límites. Una alternativa simple y hermosa es fotografiarlos boca arriba, envueltos suavemente en una tela (lo que se llama “baby wrap”). Esta técnica de envolverlos les da seguridad y facilita obtener imágenes adorables sin forzar ninguna postura.
Cambia de pose con sumo cuidado. Sostén siempre la cabecita y el cuello al moverlo. Si en algún momento el bebé se inquieta o llora, pausa la sesión. A veces bastan unos minutos de brazos de mamá o un poco más de leche para que vuelva a calmarse. Ten la paciencia de adaptarte al ritmo del recién nacido: es normal detenerse varias veces para atenderlo.

Paso 3: Capturando momentos emotivos y detalles
Una vez que el bebé está cómodo y dormido (o tranquilo, incluso despierto), comienza a disparar con delicadeza. Acércate y aléjate para tomar diferentes encuadres. Los detalles son importantísimos en este tipo de sesiones: fotografía sus diminutas manos cerrándose sobre el dedo de papá, sus piececitos arrugados, las pestañas finísimas, esos gestos de sonrisa fugaz mientras sueña. Esos primeros planos complementan las tomas más amplias del bebé entero y añaden un gran valor emocional al álbum final.
Para lograr imágenes verdaderamente emotivas, considera incluir a los padres y hermanos en algunas fotos. Un retrato del bebé durmiendo plácidamente en los brazos de mamá, o acurrucado sobre el pecho de papá mientras él lo mira embelesado, derrite corazones. Estas fotografías familiares transmiten el amor y la protección que rodean al recién nacido. Si los padres se sienten cómodos, también puedes sugerir capturar miradas o caricias mientras sostienen al bebé, enfocando tal vez solo las manos de los padres sobre él, lo que enfatiza la escala pequeñita del recién nacido.

Iluminación suave y ángulos favorecedores
En cuanto a la técnica fotográfica, utiliza una iluminación suave y difusa. La luz natural de una ventana es perfecta; colócate de forma que ilumine al bebé lateralmente, creando sombras suaves que den volumen sin ser dramáticas. Si la luz natural es escasa, puedes usar una luz continua o flash rebotado en el techo o en un difusor grande para imitar ese efecto de suavidad. Evita luces directas y duras que puedan molestar al bebé o crear contrastes fuertes.
Explora distintos ángulos: fotografía desde arriba (cenital) mientras el bebé está recostado en una mantita, para un retrato completo; a su altura para primeros planos; e incluso desde algún ángulo creativo que incluya parte del entorno. Mantén el fondo simple y sin distracciones – los protagonistas son el bebé y su pequeña gran historia recién comenzada.

Paso 4: Finalizando la sesión con cuidado
Una sesión de recién nacido puede extenderse entre 2 y 4 horas fácilmente debido a las pausas necesarias. Al finalizar, asegúrate de que el bebé salga tan tranquilo como llegó. Si lo desarropaste para las fotos, tómate el tiempo de abrigarlo y acomodarlo antes de entregarlo a sus padres. Muchos padres agradecen también que les ofrezcas un momento para alimentarlo de nuevo si la sesión fue larga, de modo que puedan emprender el regreso a casa con el bebé satisfecho.
Revisa mentalmente que hayas conseguido las tomas clave que querías: por ejemplo, un plano entero del bebé en al menos una pose adorable, varios detalles (manos, pies, perfil), alguna foto con cada progenitor y con ambos juntos si lo desearon. Es preferible haber sacado de más y luego seleccionar las mejores, que echar en falta alguna imagen importante al revisar en el ordenador.

Finalmente, comunica a los padres los siguientes pasos: cuánto tiempo aproximadamente tardarás en procesar y entregar las fotos. Para este tipo de fotografías, un revelado sencillo con retoques de piel (eliminando pequeñas rojeces o descamaciones típicas de los recién nacidos) y un estilo cálido puede ser ideal. Cuando los padres vean el resultado – esas imágenes seguras, cálidas y emotivas de su bebé – sentirán que reviven esos primeros días tan especiales.
En resumen, una sesión de fotografía de recién nacidos exitosa se basa en la planificación cuidadosa, la seguridad y confort del bebé, y la paciencia para capturar la ternura en cada gesto. Si necesitas ayuda profesional para inmortalizar los primeros días de tu pequeño o simplemente quieres garantizar un recuerdo impecable, no dudes en contactarnos. Estaremos encantados de brindarte una sesión newborn inolvidable, cuidando de cada detalle aquí en Valencia.